1.2.07

"El sol de los Scorta" de Laurent Gaudé

Un regalo de Reyes. Acabo de leerlo. Os lo ofrezco sin ceder a la tentación de comunicároslo. ¿Quieren tener en sus manos uno de esos libros que está llamado a convertirse en un clásico, en una historia que seguirá leyéndose dentro de treinta, cincuenta años? Vayan a su librería favorita y pidan, exijan a voz en grito, si fuera necesario, el siguiente título: El sol de los Scorta, de Laurent Gaudé. Es éste un joven autor francés que además de novelista es dramaturgo. A su primera novela, Cris, le siguió el El legado del rey Tsongor, que en el año 2002 fue finalista del premio Goncourt, premiada por los estudiantes franceses de enseñanza media y secundaria, y obtuvo el Prix des Libraires 2003, otorgado por los libreros de Francia, Bélgica, Suiza y el Canadá de habla francesa. Pero la explosión del novelista, una explosión que no sabemos si se repetirá en algún otro momento, se ha producido con su tercera novela, este El sol de los Scorta (Salamandra, Barcelona, 2006) que hasta aquí traemos, y que en el país vecino ganó el Goncourt del año 2004. Y entre las muchas lecturas y los muchos personajes, yo sugiero hacer una lectura del papel de los cuatro sacerdotes que aparecen en la saga familiar: D. Giorgio; Don Carlo; Don Salvatore y Don Lino. Cuatro sacerdotes y cuatro maneras de acercarse al pueblo. Vale la pena, mientras se goza de esta obra de arte, mirar cómo aman a su pueblo los sacerdotes, los viejos sacerdotes que van apareciendo.

La novela del joven Laurent Gaudé es un prodigio, es, sencillamente, una obra maestra. La historia no es nada nueva: se nos cuenta la vida de varias generaciones de miembros de una misma familia en un pequeño y abrasado pueblo del sur de Italia. Todo sucede entre el año 1875 y la actualidad. El pueblo es de una pobreza sobrecogedora. Está sobre el mar, rodeado de unas cuantas colinas y unos cuantos olivares sobre los que caen, con fuerza implacable, los inmisericordes, pero a la vez nutrientes, rayos del sol.

¿Y que nutre este sol que acompaña a los Scorta a lo largo de décadas y décadas de existencia? Pues nutre y cincela con ahínco el orgullo de una miseria que es el motor dinámico de sus vidas, la razón de seguir adelante, el paradójico alimento de una sed por la vida enquistada en el mismo centro del corazón de todos y cada uno de los miembros de la familia.

El sol de los Scorta, es una obra maestra, una historia de las que seguro van a quedar en la historia de la mejor literatura de estos tiempos, en la memoria de todos los lectores que hasta ella hayan llegado y sucumbido a su potencia, a las grandes emociones que propone.

"Doctor Pasavento" de Enrique Vila Matas


Lejos de someterse a las convenciones de los géneros literarios, cada uno de sus textos da un paso más en el asedio a la literatura como artefacto experimental y alimento necesario en la vida. Son obras concebidas como una original conjunción de imaginación y sentido lúdico de la literatura, en apuesta creadora que funde realidad y ficción en la moderna autoficción, y que refunde la novela y otras modalidades del arte literario en la misma obra.Su apuesta por la superación de los géneros y su encarnación de lite-ratura y vida en narradores y protagonistas letraheridos no ha cesado en lo que va de siglo. Si en Bartleby y compañía (2000) se ocupa del misterio de los escritores que renunciaron a escribir, en El mal de Montano (2002) construye un texto multiforme complementario del anterior sobre la incurable enfermedad de la literatura encarnada en un narrador que va cambiando de nombre, modificando su personalidad y confundiendo entre la verdad y la ficción cuanto va haciendo en su quijotesca defensa de la literatura como sustancia de vida y terapia salvadora en su peculiar locura y sufrimiento de literatosis. De literatura está hecha también París no se acaba nunca (2003), novela estructurada en forma de larga conferencia en que el narrador cuenta sus experiencias como aprendiz de escritor en París a principios de los 70.


Y por estos caminos de experimentación con formas híbridas de novela en que caben cuentos y novelas cortas, diarios, autobiografía, ensayos, conferencias, artículos e incluso diccionarios de escritores, que de todo hay en las obras citadas, llegamos a Doctor Pasavento, su novela más larga, que supone un paso más en la singular trayectoria narrativa del autor y su encarnizada práctica de la novela en fuga como búsqueda de conocimiento y sublime aspiración a desaparecer como escritor secreto en soledad creadora con la literatura ¿o con la locura? Este nuevo exorcismo vital y literario también busca su inspiración en modelos extranjeros. En este caso se trata del escritor suizo Robert Walser, que pasó sus últimos años en un centro psiquiátrico, retirado de la literatura y del mundo exterior. Así, tras la huella del ausente Walser, el narrador y protagonista de Vila-Matas emprende su propia fuga hacia la buscada desaparición. Para ello va cambiando de nombre, desde Pasavento a Pynchon, como doctor en psiquiatría y autor secreto que imagina su desaparición en las palabras escritas con lápiz en minúsculos papeles.La novela empieza con un proyecto de disertación acerca de la realidad y la ficción para consumirse después en la indagación en las más angustiosas obsesiones del escritor, con especial recurrencia de la paradoja sentida por el creador entre la vanidad y el olvido. Por ello el texto gana en intensidad a medida que el narrador y protagonista va encarnando su laboriosa desaparición, a lo largo de un año del siglo XXI en que transcurre su peripecia, desde un viaje a Sevilla y su refugio en una calle de París hasta su ocultamiento en un hotel de Nápoles y su visita a los últimos lugares de su admirado Walser.


Esta fuga creadora en torno a la desaparición del sujeto se acompaña, como elemento solidario, de la multiplicidad del yo encarnada en diferentes hipóstasis o interlocutores del narrador. En lo cual se descubre, asociada con la pasión walseriana y otros modelos del autor barcelonés (Roth, Sebald), la herencia cervantina de La saga/fuga de J.B., de Torrente Ballester. Y al final acaba siendo también fuga existencial por la duda del narrador ante la posibilidad de ser él mismo el resultado de lo escrito por otro.Doctor Pasavento es una novela genuina de Vila-Matas por su carácter multigenérico, ya desde su comienzo con homenaje a Montaigne como creador del ensayo moderno hasta su práctica de la autoficción, con proyección de las obsesiones del autor en personajes imaginarios creados a partir de su vida y sus lecturas y con frecuentes reflexiones metaliterarias acerca de importantes cuestiones de técnica narrativa. Por ello esta novela interesará mucho a los lectores de Vila-Matas, exigentes y selectos, no a quienes buscan en la literatura un mero pasatiempo.


Ángel BASANTA