16.11.12


“Parecen eternos, dijo tras una hora de contemplar los volcanes en silencio. Son lo más cercano a la eternidad que conocemos. Ni tus lagrimas van a durar tanto”, dijo Prudencia. “Ni mis lagrimas - Isabel había dejado de llorar- Espero que ningún desamor sea tan largo. Pero mi breve paso por el cielo, ese sí que duró tantísimo. Tengo a estos volcanes de testigos. Ninguna eternidad como la mía. Y es con esta última frase como titula su relato Ángeles Mastretta, una de las coces femeninas más fuertes  de la narrativa mexicana, autora de “Arráncame la vida”, llevada al cine por Roberto Sneider.

Haber amado es haber vivido de verdad, como ella amó a Javier Corzas, con intensidad pura, pero aun esa eternidad en la que Isabel creía que se había instalado, termina. Prosa convulsa, metáforas que van al ritmo del baile, pasión de la protagonista. Es una danza continua el recorrido por estas pocas y bellas páginas, editadas en Temas al Margen, de Temas Editorial, Argentina. Se lee en un suspiro. No tiene parangón en la prosa española. La fuerza de la palaba y de la imagen en esta escritora nacida en Puebla y a la Juan Rulfo le animó a escribir. Uno entiende por qué le hizo esta recomendación. Para Ángeles escribir es respirar y lo hace en estilo puro, con preciosismo. Un vendaval de sentimientos…Mirad cómo empieza. Nada más que en la primera fase, ya uno se mete los olores por la nariz, como en el resto del relato: “Isabel Arango creció intensa y desatada como el olor del café”