30.7.08

"Londres" de Henry James (Alhena Media, 2007).


Con un estilo inimitable y la precisión de un fino observador, Henry James desliza la mirada sobre múltiples aspectos de la gran ciudad y de sus habitantes. Todo pasa por su lupa, todo tiene cabida en su prosa: desde los efectos del hollín en el paisaje urbano, hasta la supuesta unanimidad de los ingleses; desde el verdor de los parques o la presencia salvífica del Támesis, hasta la vida en los suburbios; desde las aglomeraciones en ciertas esquinas hasta la soledad que se experimenta en verano y que uno debe compartir con exconvictos, vagabundos y gentes de mal vivir. Y todo lo hace James reelaborando el modelo de retrato, el concepto de narración, la idea del viaje, que conforme se acerca a su fin deja tras de sí la estela de una pérdida. El lector tiene en las manos un libro que invita al viaje, a revisitar esta «tenebrosa y moderna Babilonia», sí, pero también a la reflexión, a la crítica de la contemporaneidad y, sobre todo, a la gran literatura.
James, norteamericano de cuna, murió siendo británico. Logró la nacionalidad inglesa antes de morir.

Los Virreyes, de Federico de Roberto ( Acantilado. 2008)


Una auténtica perla que encontré mientras buscaba algo para el verano.

Los Virreyes, una de las grandes y desconocidas novelas del siglo XIX. Es la crónica de la decadencia de una familia de antigua estirpe española cuyos antepasados-llegados a Catania hacia el 1300--adquirieron, en tiempos de Carlos V, el cargo de virreyes. Es la decadencia de la familia a la par que de los viejos usos. El marco temporal son los años que van de 1855 a 1882, período en el que se precipita y culmina el proceso de unificación italiana. Combinando la crónica de costumbres con una acerba sátira de tintes expresionistas, Federico De Roberto traza una inolvidable galería de retratos de nobles prepotentes y extravagantes en medio de continuas luchas, litigios e intrigas. Sus vidas y sus excentricidades se entretejen con los acontecimientos contemporáneos, en el tránsito de una época feudal a una nueva era de democracia parlamentaria. Monumental y compacta, pletórica de fuerza narrativa, Los Virreyes sorprende al lector de hoy por la riqueza de planos de lectura, el pesimismo histórico y el nihilismo existencial, y también por su diagnóstico profético de todos los males de la política y de la sociedad italiana modernas. El arte de De Roberto eleva este diagnóstico a símbolo universal de las amargas verdades que se esconden detrás de las falsas ilusiones sobre la historia y la propia condición humana.

Una película sobre la obra se ha estrenado en Italia. Pueden ver información sobre ella en www.ivicere.it.

Leyendo esta novela, mejor dicho , disfrutando de ella, en tono distinto, pero con la misma pasión, recuerdo haber leído La marcha de Radetsky, de J. Roth; Los Maia , de Eiça de Queiroz y, por supuesto El Gatopardo, de Lampedusa. Ambas son cuadros generales y particulares de las sociedades que representan.