22.1.10

"La conspiración de las lectoras" de José Antonio Marina y María Teresa Rodríguez de Castro. ANAGRAMA. 2010



Comentario de Nuria AZANCOT

La primera pista se la dio Carmen Martín Gaite a José Antonio Marina hace más de diez años, al descubrirle la historia “fascinante” de “un grupo de mujeres brillante, en un ambiente intelectual también brillante, viviendo un momento trágico de la historia de España que desembocó en la guerra civil, y decididas a adelantar el reloj de la historia”. “Pero olvidé el proyecto -se lamenta Marina-. Lo recuperé cuando hace un par de años, al escribir La revolución de las mujeres, volví a tropezarme con este extraordinario grupo”.

Sólo entonces comenzó a investigar la aventura del Lyceum, el centro que entre 1926 y 1936 reunió a unas mujeres audaces que, evoca Marina, “tenían procedencias ideológicas, políticas y religiosas muy dispares, pero supieron unirse por un proyecto más importante que sus diferencias: mejorar la situación cultural, social y política de las mujeres españolas”.

Ignoradas por las españolas de hoy en día, les debemos, según María Teresa Rodríguez de Castro, “la igualdad jurídica por la que ellas pelearon. Las madres trabajadoras son las mejores herederas del espíritu del Lyceum. La incomprensión que sufren por su situación (que les lleva a sentir que son malas madres o malas trabajadoras) y la falta de apoyo social a las mismas es una de nuestras asignaturas pendientes”. Por eso, en este volumen, prosigue Rodríguez de Castro, “hemos pretendido reproducir el ímpetu de estas mujeres, su inconformismo, sus deseos de mejorar lo que les rodea, su convicción de que la educación y la ética serán nuestra tabla de salvación. El libro está tratado con un enfoque sistémico; dentro de los movimientos sociales, el que condujo al reconocimiento de la igualdad jurídica, política, social y económica de la mujer es uno de los más interesantes, por su riqueza y particularidades”.

El Lyceum fue, confirma Marina, un ejemplo de “inteligencia compartida”, una demostración de que es posible hallar un marco común de entendimiento, a partir del cual defender posiciones diversas.

-¿De qué manera las 115 primeras socias del Lyceum aceleraron la hora de España?
-Creo que tuvieron una influencia grande. Personalidades como María de Maeztu, Clara Campoamor, Victoria Kent, Zenobia Camprubí, María Lejárraga, María Teresa León, y muchas otras ayudaron a crear el clima que favoreció la llegada de la República, y sus importantes cambios educativos y jurídicos. También fueron víctimas de su caída. El interés de los periódicos y las revistas de la época por el Lyceum demuestra su importancia.

Pero ¿de quiénes estamos hablando? Rodríguez de Castro describe brevemente a las protagonistas de esta aventura:

María de Maeztu: una de nuestras grandes pedagogas; dirigió la Residencia de Señoritas. Como diría Marañón, una trapera del tiempo: aprovechaba cada minuto del día, se embarcaba en múltiples proyectos. Según Pedro Laín, era sobre todo una mujer de vocación. Fue la primera presidenta del Lyceum.

Victoria Kent: abogada, diputada en las cortes constituyentes republicanas, Directora General de Prisiones en los años 30, y vicepresidenta del Lyceum. Mujer de fuerte carácter y gesto sobrio que amaba su trabajo. En su opinión, “nada se pierde en la obra que se realiza con nobleza de miras y fundada en la realidad cotidiana”.

María Teresa León: su amor por Alberti le lleva a permanecer en un segundo plano, lo que oscurece su trayectoria literaria. Su Memoria de la melancolía es un estupendo testimonio de aquella época, el de una niña a la que “se le iba a desarrollar junto con las trenzas un principio de crítica”.

Zenobia Camprubí: una mujer muy activa, alegre, dinámica, que vivió su vida con bastante independencia pese a permanecer a la sombra de Juan Ramón Jiménez. “En esta empresa nuestra, yo siempre he sido Sancho”, aseguraría en su Diario. Fue secretaria del Lyceum.

Carmen Baroja: vivía a caballo entre dos mundos, el doméstico y el artístico. Atraída por el ambiente en el que se movía su hermano Pío, sin embargo se vio atrapada por las obligaciones que como mujer se le imponían, lo que produjo un choque. Sus memorias sirven de magnífico testimonio del club.

Maruja Mallo: pintora vanguardista y mujer de carácter rebelde, perspicaz y curiosa; sus cuadros reflejan mujeres practicando deporte, verbenas…una fusión entre tradición y modernidad. Participó en alguna de las actividades del Lyceum.

María Lejárraga: esta maestra amante del teatro fue una mujer con una fuerte vocación política (llegaría a ser diputada). Su obra se escondería bajo el seudónimo de “Gregorio Martínez Sierra”, nombre de su marido, con quien colaboraba. Ayudó a Encarnación Aragoneses a convertirse en Elena Fortún.

Elena Fortún: la autora de los libros de Celia era una mujer peculiar, de gran imaginación, que adoraba anotar las anécdotas relacionadas con los niños que se sentaba a contemplar en el parque. Colaboró con la “Casa de los niños” fundada por las socias del Lyceum.

Concha Méndez: una mujer “inflamada de aventura”. Viajera incansable, poetisa, nadadora, impresora... Una de nuestras vanguardistas. Ella y su inseparable amiga Maruja Mallo paseaban por Madrid, causando escándalo con el “sinsombrerismo”.

Constancia de la Mora: nieta del que fuese Jefe de Gobierno Antonio Maura y criada en un ambiente tradicional, lucha contra las injusticias de las desigualdades sociales. Mujer temperamental y con fuerte vocación política.

Clara Campoamor: estupenda oradora, abogada y diputada durante las Cortes Constituyentes de la República. Su máximo logro, que le enfrentaría a su propio partido, fue lograr la aprobación del voto femenino. “Dejad a la mujer que actúe en Derecho, que será la mejor forma de que se eduque en él”.

Ernestina de Champourcín: vivía para la poesía, aunque lo que le interesaba era el proceso creativo. Joven vanguardista criada en un ambiente tradicional, mujer espiritual de fuertes convicciones religiosas.

Isabel Oyarzábal: las memorias de esta escritora y periodista que llegaría a ser Embajadora en Suecia y Finlandia durante la República, y vicepresidenta del Lyceum, reflejan una fuerte conciencia social.

Hildegart: niña prodigio, moldeada a su antojo por una madre decidida a convertirla en la “redentora del mundo”, que debía salvar a las mujeres y a los oprimidos. Su madre terminaría matándola. La elección que para otras era la única permitida (el matrimonio) habría sido revolucionaria en ella.

17.1.10

TRILOGÍA DE DEPTFORD. EL QUINTO EN DISCORDIA. MANTÍCORA. EL MUNDO DE LOS PRODIGIOS


El quinto en discordia

Alrededor de la misteriosa muerte del magnate canadiense Boy Staunton se teje la trama de esta novela. La narración corre a cargo de Dunstan Ramsay, amigo desde la infancia de Staunton, quien al intentar aclarar las circunstancias de su muerte no tendrá más remedio que enfrentarse al relato de su propia vida. Desde el principio de la historia, Ramsay ejerce una influencia mística y no del todo inocua en cuantos le rodean: acciones en apariencia inocentes -una pelea con bolas de nieve o el aprendizaje de trucos de cartas- se revelarán como acontecimientos decisivos en las vidas de otros.
El quinto en discordia es una muestra de la maestría de Davies para la novela: su erudición le permite tratar los temas más diversos -el circo, el santoral, la primera guerra mundial, o la vida en un internado- con una naturalidad asombrosa; y su imaginación teatral logra cautivar al lector desde el inicio. La primera novela de la Trilogía Deptford, la más aclamada de Davies, se alza como la historia de un hombre racional que descubre en lo mágico un aspecto más de lo real.

Mantícora

La misteriosa muerte del magnate canadiense Boy Staunton -al que han encontrado ahogado dentro de su coche en el fondo del puerto de Toronto- ha trastornado a su hijo David, quien al contrario que la policía, está convencido de que su padre fue asesinado. Decidido a librarse de su obsesión, David viaja a Zúrich para psicoanalizarse en el Instituto Jung. Obligado por los psiquiatras a indagar en su memoria, David irá sacando a la luz una extraordinaria galería de personajes y recuerdos que le permitirán enfrentarse con sus propios demonios y, sobre todo, con la memoria de su padre.
Aunque puede ser leída de manera independiente, esta novela constituye la segunda parte de la Trilogía de Deptford, tras El quinto en discordia. Esta vez Davies se adentra en las regiones más profundas de la mente humana, en aquellas donde se agazapan nuestros monstruos.
A través de los laberínticos túneles de la historia, el mito y la magia, la Trilogía de Deptford proporciona un estimulante antídoto contra un mundo donde, por decirlo en palabras del autor, «el miedo, el terror y el esplendor de lo maravilloso han desaparecido».

El mundo de los prodigios

En El mundo de los prodigios, cierre y espectacular colofón de la Trilogía de Deptford, se resuelve el misterio que rodea la muerte del magnate Boy Staunton. Acciones en apariencia inocentes -una pelea con bolas de nieve o el aprendizaje de juegos de manos- se revelarán como acontecimientos decisivos en la vida de Paul Dempster, un niño de Deptford al que Staunton había conocido en su infancia y que, andando el tiempo, se convertiría en Magnus Eisengrim, el prestidigitador más famoso de su época.
En esta novela, es Eisengrim quien contará su vida, ofreciendo su particular visión de la muerte de Staunton y explicando cómo aprendió su oficio y llegó a convertirse en un ilusionista de fama mundial. Su relato revelará hasta qué punto el camino hacia el éxito es más arduo y trágico de lo que parece a simple vista y cómo, una figura brillante, puede contar también con un oscuro pasado.

10.1.10

"Tienda de los Milagros" de Jorge Amado


En esta tarde de nieve y frío madrileño he acabado de sumergirme en el cálido y soleado mundo de esta obra de Amado. Llevado por la prosa viva y turgente de sus novelas famosas como Gabriela, clavo y Canela y Doña Flor y sus dos maridos, hoy terminé esta joya que recomiendo vivamente por su fuerza us lirismo.
“Pedro Archanjo, mulato y pobre, trabaja como bedel en la facultad de Medicina de Bahía. Amante del alcohol y las mujeres, perseguido en su juventud por practicar el candomblé, se va a encontrar con un serio problema al escribir sobre la vida y la cultura mestiza bahiana. La originalidad y franqueza con la que aborda estos temas le terminan deparando el rechazo de las elites universitarias, blancas, y la pérdida de su empleo. Un velo de silencio se extiende sobre Archanjo y sobre su obra hasta quedar eclipsados. Sólo el interés póstumo del escritor Fausto Pena y de un estudioso extranjero le hará renacer de sus cenizas. Jorge Amado, fabulador nato e inagotable, plasma una vez más en Tienda de los Milagros una infinidad de tipos y situaciones en un abigarrado marco rebosante de imaginación y colorido. A través del relato de Fausto Pena y de un complejo entramado de niveles y tiempos narrativos, Amado recrea la vida de Pedro Archanjo y del pintoresco mundo que rodea la Tienda de los Milagros, taller del artista y amigo Lídio Corró, donde se dan cita santeros, maestros de capoeira, bailadores de samba, sacamuelas, busconas... Amado nos sumerge en el folclore y las costumbres populares de una Bahía en la que conviven la religión con la superstición, los ritos cristianos con los cultos africanos, la violencia racista con los estudios antropológicos y sociológicos sobre el mestizaje,