8.4.07

"La hermana" de Sándor Márai


Pocos escritores habrá tan parecidos a sus personajes. Su nombre auténtico era Sándor Grosschmid y su vida fue la del siglo XX, la de un nómada real y metafísico así como la de una víctima de los dos grandes totalitarismos, un ser despedazado por la Historia. Había nacido el año 1900 en Kassa, localidad ubicada en aquella época en el imperio austrohúngaro, que ahora pertenece a Eslovaquia, y tuvo que dejar Budapest en dos ocasiones, la primera de muy joven por sus discrepancias con del Gobierno del fascista Miklós Horthy para vivir entre Francia y Alemania; la segunda vez en 1948, cuando el ejército soviético entró en Hungría, para exiliarse primero a Suiza, luego a Italia, a Nueva York y adquirir la nacionalidad estadounidense en 1952. Odió con la misma fuerza y la misma capacidad de denuncia tanto al nazismo como al comunismo y una ironía cruel de esa Historia que lo había zarandeado quiso que se suicidara en la localidad californiana de San Diego en 1989 y no viera la caída del muro de Berlín ni del Telón de Acero.


De esa condición de nómada existencial y de víctima de la Historia da buena fe nace 'La hermana', una novela cuyo argumento se sitúa en la tercera Navidad de la Segunda Guerra Mundial y en un hotelito de montaña transilvano que es un cúmulo delirante de incomodidades físicas. A la estrechez y miseria del edificio se añade la tortura climática del frío y la lluvia, así como el apretujamiento en el que van a esperar la Nochebuena «siete bípedos» admitidos en la casa como huéspedes, a cuya presencia se añade la del dueño y la esposa, una pareja de rumanos corpulentos, serviciales y de andares pesados, dos muchachas y un pastor del valle que en invierno trabajaba como criado en aquel refugio. A caballo entre la narrativa filosófica y expresionista de lengua alemana, no es difícil encontrar en 'La hermana' ecos de Musil y de Kafka. La misma manera admirativa en la que el narrador en primera persona se refiere a Z, uno de los huéspedes en el que reconoce a un pianista «célebre y paradigmatico» que hace tiempo que ha desaparecido de la vida pública en circunstancias misteriosas recuerda o -más exactamente- se dibuja como un probable antecedente de la machacona insistencia y del sarcástico humor negro con los que el escritor austríaco Thomas Bernhard mostraba su desaforado fervor por 'El sobrino de Wittgenstein' en el relato que lleva ese título y se desarrolla en un sanatorio. Lo que se va a ir desarrollando en ese claustrofóbico espacio de la montaña es una red de relaciones afectivas que tienen como hermético punto referencia uno de los Diálogos de Platón en el cual expone su doctrina sobre el amor, sobre la pasión, la sensualidad y todas las caras del dios Eros. En esa relación de una pareja madura y burguesa en la que domina el plano emocional sobre el carnal y que la presencia de la enfermedad y la locura en el personaje femenino contribuirá a abrir el desenlace hacia el suicidio.

1 comentario:

elbucaro dijo...

Me alegra haber encontrado tu blog, le he dado un vistazo general y me detengo en este post para dejarte un comentario. No he leído este libro de Sándor Marai, aunque si varios de sus libros y me quedo con "La mujer justa". Creo que tiene una forma de narrar desde la hondura. Seguiré atento a tus letras. Un abrazo.